Barbadelo, 10 de Octubre de 2010
Empezamos el camino, hoy etapa neutralizada, por cuanto casi todo el trayecto es en coche. Empezamos bien, la salida que iba a ser mañana se ha adelantado un día, el cumpleaños del domingo se ha pasado al sábado por motivos familiares ya tenemos un día más, y no va a ser el único que arrebañemos.
O'Cebreiro
Salimos de Toledo un par de horas más tarde de lo esperado, no es fácil sacar temprano de la cama a la familia un domingo, pero resulta que las carreteras están mejor de lo que conocía y hemos recuperado casi todo el tiempo. Así que Madrid -ahora entras y sales en un periquete, cuando te quieres dar cuenta ya has enfilado la nacional VI- en Valladolid parada para un café, y del tirón hasta Pedrafita Do Cebreiro cargar gasolina y a O'Cebreiro donde sellamos las credenciales en la iglesia de la Parroquia de Santa Maria A Real una construcción prerománica en medio de un precioso pueblo -y reserva etnográfica- celta. Comemos en el Mesón Moreno un menú del día Caldo gallego (un clásico en el camino) y lacón asado, de postre queso con miel. En las tiendas compramos un par de bordones que nos faltaban para el camino.
O´cebreiro tiene su leyenda; cuenta que un lugareño fué a oir misa en un día de muy mal tiempo y al llegar, el cura se mofó de él por su tesón al acudir a misa con esas condiciones, en ese momento la ostia se convirtió en carne y el vino en sangre, la reina Isabel quiso llevarse el cáliz del milagro, pero los caballos no quisieron salir del pueblo con su carga y al verlo la reina decidió no solo dejar el cáliz sino también el relicario que había preparado para ello. Ambos se encuentran expuestos en la iglesia.
Sellamos en la Iglesia de Santiago, el hospitalero se llama Augusto, y lleva 30 años prodigando un trato cariñoso y buena charla a los peregrinos.
De ahí continuamos a Samos
Famoso por su monasterio damos un paseo por sus alrededores y pagamos la visita al interior reformado en 1950 tras un incendio. Las celdas tienen nombres de santos en lugar de números y los frescos son bastante actuales. Nos recibe el padre Agustín, abad del monasterio, -que sale fotografiado de espaldas en el pasquín del camino francés de la xunta de Galicia- un hombre peculiar de genio vivo y santa paciencia con las ordas que vamos a visitar el convento, la guía se queja ante uno de los comentarios del clérigo; ”no termino de acostumbrarme a su genio”
Sarria
Aquí otro adelanto en el calendario, cuando mi intención inicial era buscar alojamiento en Sarria, al final decidimos que mejor buscar algo después de haber puesto el pie en el camino.
Así que recorremos los cinco kilómetros hasta Barbadelo
donde llegamos de noche y tras buscar a tientas el albergue, pues la señalización es muy justita, nos dicen que los tres albergues del pueblo están completos, y nos orientan hacia una casa privada junto a la iglesia donde “no admiten peregrinos, pero ustedes inténtenlo”. En la casa nos dicen que no, pero que preguntemos en casa Carmen, que a pesar de estar lleno, suelen buscarte un hueco. Y así fué, ya agotados y preocupados porque no íbamos a encontrar cobijo, en casa Carmen tienen dos camas que se les han quedado vacías a última hora. Cuando lo contamos al día sigueinte la hospitalera del albergue de la xunta no dejaba de felicitarnos por nuestra suerte. Para cenar nos sirvió algo parecido a lo que en Tenerife llamamos una borrachita, una roulotte bar, con un entoldado-tienda de tropa a modo de restaurante, que también nos sirvió para desayunar.
Tras el desayuno continuamos el viaje, pero esa es otra historia.
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