domingo, 17 de octubre de 2010

Ribadiso – Santiago de Compostela, el trámite final


Santiago de Compostela, 16 de Octubre de 2010.
En principio pensamos en hacer este tramo en tres jornadas de las que programé diferentes combinaciones que al final fuimos adaptando en función de nuestros pareceres en cada momento.
Este tramo del camino pierde mucho de lo que hasta ahora nos acompañaba, todo lo que jalona el sendero son construcciones nuevas y la carretera, muchas menos fuentes y gente con más prisas (no hablo de los peregrinos) y más seca en el trato. Aquí me dedico a acompañar a mami hasta que le empieza a pesar la mochila, momento en que se la quito me la cuelgo delante y empiezo a caminar a mi paso esperandola en cada hito del camino o cruce complicado. La gente alucina cuando tras irnos pasando poco a poco, de repente me ven aparecer detrás de ellos y adelantarlos como una soplete con mis dos mochilas a cuestas. Parece mentira pero este paso me ayuda a descansar, y las paradas cada cinco o seis kilómetros para esperar a mi madre me terminan de cargar las pilas cada vez, y aprovecho los momentos para actualizar el facebook y hablar con algún-a amigo-a. 
Arzua
Acertamos con no quedarnos aquí, es una población enorme, pero que no ofrece nada gratificante al peregrino, nadie, absolutamente nadie nos devolvió un saludo a lo largo de la ciudad -es la primera vez que nos pasa, pero no la última a partir de aquí, a lo largo de todo el camino- ni tan siquiera el cura al sellar en la parroquia. Al parar en una cafetería a desayunar cogemos una mesa, y al levantarnos a dejar las mochilas nos las quita un grupo que junta dos mesas. Como no me gustaba el ambiente de todas maneras salimos por donde entramos y continuamos el camino.

Santa Irene
aquí iba a ser nuestra parada, pero al ver el albergue al pié de la carretera general ni nos lo pensamos, continuamos nuestro camino hasta

Pedrouzo
según con quién hables también se llamará o Pino un pueblo grande con todos los servicios. Buen trato según en que establecimientos. El albergue es grande y si tienes suerte te pueden tocar camas independientes y taquillas. Nosotros tuvimos suerte. Los baños, sin embargo, son unisex, hombres a la izquierda y mujeres a la derecha, jeje, no se si no tendrá algo que decir la iglesia al respecto. La intimidad es la mínima en los baños.
Al llegar como y empiezo mi propia aventura buscar la forma de recuperar el coche en Sarria. Pregunto y consigo saber que la parada de autobuses es una farola, sin más marcas, frente al cuartel de la Guardia Civil. Si el conductor te ve en la farola, para, y si no pues sigue. El próximo autobus pasa a eso de las 16:30 y tardará aproximadamente una hora y media en llegar a Lugo, de ahí hay que coger otro autobús que sale a las 18:35 y tardará 30 minutos en llegar a Sarria. Me voy a dormir la siesta y me acerco a la parada a las cuatro. En la parada veo venir al autobus, le hago señas pero pasa de largo, tremendo disgusto. Del local de al lado sale una señora que me dice que no me preocupe que ese es el directo, que el otro viene detrás y tardará según las veces que pare. Pasa el segundo autobús le hago señas y me devuelve otra seña, viene otro detrás. Al rato pasa un tercer autobús lo paro, se para, y me dice que el se queda en Melide, que al ser viernes hay mucha gente y hay servicio de refuerzo, que detrás viene otro que si va a Lugo. A la cuarta fué la vencida y una vez en Lugo el viaje continuó sin más contratiempos hasta Sarria donde el coche esperaba tal y como lo dejamos. La vuelta fué otro dilema, entre el GPS y la señalización de la carretra di unas cuantas vueltas hasta llegar de nuevo a Pedrouzo, a donde llegué a falta de media hora para el cierre del albergue. Cenamos en la cafetería más cercana un buén menú por ocho euros que incluía codillo de segundo, servido por unas camareras más que eficientes. Y a dormir.


Monte do gozo
El principio la idea era terminar aquí la jornada, pero al llegar no le encontramos mucha sustancia al lugar. Por lo que decidimos seguir hasta Santiago, donde, según la guía, no hay albergue de la xunta.
Santiago de Compostela
Al entrar en Santiago, pasado el parque de la concordia, encontramos los carteles de un albergue de la xunta. Es un albergue cofinanciado entre la xunta y una fundación de amigos del camino. Presenta varias peculiaridades frente a los anteriores; la primera es que permite pernoctar hasta tres noches -siempre presentando la credencial de peregrino-; la segunda es que cuesta 6 euros en lugar de 5, y otra más es que el horario de apertura es de 11 de la mañana a 11 de la noche (en lugar de 13 a 22), teniendo que dejar el albergue antes de las 11 de la mañana y pudiendo pedir la misma cama a partir de la 8 de la mañana. Las instalaciones son muy amplias y completas, con un buen jardín. Y otra novedad, dispone de wifi y dos ordenadores para conectarse a internet. Aquí aproveché para lavar bien toda la ropa y secarla en la secadora, que también es más barato que en el resto de albergues.

Dejamos la mochila en el albergue y regresamos al camino. Otra gran idea, porque al llegar a la catedral descubrimos que esta está tomada por la policía nacional y que no está permitido entrar en ella con mochilas o bolsos, pues por lo visto está amenazada por ser año santo. Por el mismo motivo no se permite cumplir la tradición de entrar con la mochila por el pórtico de la gloria.

Tras comprobar la inviabilidad de entrar a abrazar al santo por las colas que había decidimos ir a sellar la credencial y obtener la compostela y dejar el resto para el día siguiente.

El domingo bajamos a tiempo de ser invitados a desayunar en el impresionante parador de turismo de Santiago, gracia que se concede a los 10 primeros que lleguen con la credencial a las 9 a las 12 y a las 19. Tras el desayuno abrazamos al santo, lo cual también costó lo suyo por se domingo. Y tras el abrazo asistimos a la misa de peregrinos, donde antes de empezar nos encontramos con otra sorpresa; ese día el apostol recibía en casa a la agrupación la guanchería portando el estandarte de la Virgen de Candelaria que danzó delante del santo. ¿Quien ha dicho suerte?.



Ah!, por supuesto, por la tarde nos fuimos a fisterra a poner el último sello.

viernes, 15 de octubre de 2010

Melide – Ribadixo, aquí si hay playa


Ribadiso, 14 de Octubre de 2010
Hoy toca jornada de descanso la ruta es de solo 13 kilómetros para descansar en el que posiblemente sea el mejor albergue público, y posiblemente privado, de la ruta. A pesar de ello el camino es un continuo subir y bajar que ya está haciendo mella en las rodillas de mami, pero de momento aguanta muy bien. Los que traen la cara desencajada son los bicigrinos a los cuales es un poema ver cuando suben la cuesta de Ribadiso a dos kilómetros de Arzua.
Como digo, hoy solo caminamos 13 kilómetros (curioso, lo máximo que esperaba que caminaríamos cada día se convierte en un paseo de relax). Las razones, pues que estamos a tres jornadas de Santiago, que hemos hecho el doble de camino que el esperado y que he decidido que ya no pasaremos mas noches en sitios grandes y disfrutaremos de los lugares pequeños y relajados. Luego comprobaré que es mejor no premeditar nada más de lo necesario. Y por último, que la guía habla excelencias del albergue.
Pasamos por Parabispo, Boente 
donde sellamos las credenciales en la iglesia de Santiago de Boente, 
Pedrido,
Rio y
Ribadiso
Llegamos al albergue de la xunta, junto al rio Iso. Un antiguo hospital de peregrinos que pasa por varias manos siempre con la condición de que se mantuvieran las instalaciones y se atendiera al peregrino. Nos encontramos con varias edificaciones de sólida piedra en un prado enorme. Los dormitorios se encuentran en el edificio principal de tres semi-plantas en la parte baja dormían las bestias, en la planta alta -sobre las bestias- los dormitorios para aprovechar el calor de estos y en entreplanta, lo que eran la cocina, comedor zona de estar. Junto a mi cama había un horno horadado en la piedra. En otra edificación estaban las actuales cocinas y comedor. Y en dos construcciones de madera en el prado están las duchas y lavaderos. Mucho espacio donde descansar en el cesped al sol, un acceso al rio donde darse un chapuzón en sus gélidas aguas. En definitiva un paraiso para el peregrino.
Una vez instalados, me doy un chapuzón en el rio, bajo el puente romano más antiguo del que se tiene conocimiento en Galicia, según reza el cartel a la entrada del albergue. Tras el chapuzón y secado a un sol cálido, pero que no quema, un paseo por el pueblo hasta llegar a lo que llaman la playa, una zona de baño con merenderos y pistas deportivas, y como no, un enorme prado, construidos en la ribera de un meandro del río. Las aguas, tal y como me había avisado la hospitalera negras como el petróleo por el estancamiento y la basura de la vacas. Si quieres bañarte, mejor junto al albergue que las aguas corren cristalinas.

jueves, 14 de octubre de 2010

Eirexe – Melide y un pulpo con riveiro


Melide, 13 de Octubre de 2010
De nuevo nos ponemos en el camino a las 8.00, pero antes en el albergue comparto un café con galletas y un par de MP3 con Fernando y Antonio, dos sevillanos, antiguos legías, con ese desparpajo y buenagente de los chiclaneros.
El primer tramo del camino circula junto a la carretera pasamos junto a algún abrevadero-lavadero y poco más hasta el amanecer en que, al canto del gallo pasamos por la iglesia cementerio (como todas las del camino) de Portos.
Continuamos pasando por pequeñas aldeas y caseríos; valos, remollón Mamurria, Ava nostre Lamelas, alto do Rosario, O Rosario y llegamos a
Palas do Rei
donde desayunamos y sellamos la credencial en la iglesia de San Tirso. Hacemos algunas compras en un pueblo grande con mucho sitio donde dejarse el dinero y poco del encanto del camino.Y todo jalonado por un camino de dura piedra hasta la salida por un robledal que como todo el camino está repleto de castaños que, en esta época, ofrecen al caminante toneladas de castañas que descansan en sus erizos, alfombrando el camino. El lugar curiosamente se llama Carvallal.
En San Xulian
un bonito pueblo con sus horreos muy bien cuidados y su cruceiro, sellamos en una iglesia con un precioso retablo en el que la luz de un ventanuco ilumina por detras al santo en el amanecer. El responsable se llama Jesus, y al sellar te da algún consejo para el camino y unas bienaventuranzas al caminante.

Seguimos por Pallota, Casanova, Campanillas, Coto, y entramos en la provincia de A Coruña y compramos algo de fruta y un par de trozos de empanada en un cruce de caminos.
Leboreiro
sede de la ermita de Santa María de Leboreiro, que ostenta el último hito (24) antes de la catedral de Santiago. Sencilla y sin retablo conserva parte de un antiguo fresco y una imagen de la virgen con el niño. Son curiosos los horreos, que parecen gigantescas pajareras hechas con ramas de sauce (salgueiro)
Seguimos cruzando pequeños rios por algunos puentes romanos, por Disicabo, Magdalena y furelos, cruzando su puente romano de cuatro ojos hasta
Melide
donde nos aguarda el final de una larga etapa con premio. Al llegar a Melide bastante derrotados por las continuas subidas y bajadas del camino y el sol sobre nuestros cogotes (parece mentira que lo que pensaba que nos iba a castigar es la lluvia) discurrimos por las vías de entrada y calle principal de Melide, donde un pulpeiro que está en la ventana de su pulpería me da a probar un trozo de pulpo tal cual sale de la cazuela y me deja extasiado del sabor del manjar, luego me comenta que el albergue de la Xunta solo tiene 40 camas que se llenan enseguida, según él el resto permanece cerrado por culpa de una plaga de chinches. Me cuenta que han habilitado un albergue provisional para acoger al resto los peregrinos. Luego otros peregrinos con los que me crucé en el camino me cuentan que vienen del albergue y que ya está lleno, que el provisional se encuentra en el palacio de deportes. Allí nos encontramos que se han montado unos módulos de protección civil y gestionados por estos, con casi las mismas condiciones que el albergue pero mucho más amplio y apartado del centro de la ciudad, lo cual agradecemos. Y más barato, este solo cuesta 3 euros la noche.
Luego salimos de compras y a sellar la credencial en la iglesia de San pedro y para rematar el día cenamos en casa Ezequiel, un pulpo soberbio regado con un riveiro de escándalo, no en balde llevan 50 años dedicandose a servir solo pulpo y vino. Si alguna vez pasáis por Melide, no pararse a comer en este local es simplemente un grandísimo error.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Portomarín – Erixe, la gran subida


Erixe, 12 de Octubre de 2010
Salimos de Portomarín a las 8:15 y a oscuras buscamos las señas en la carretera que nos hacen cruzar de nuevo el rio Miño esta vez por un puente de hierro más bajo que el monstruo que cruzamos ayer. Salvo ese primer tramo que hacemos por sendero, el resto corre a lo largo de la carretera.
En Gonzar paramos a desayunar y visitamos una pequeña iglesia cerrada, como todas, con su cementerio al lado y su campanario.


  Pasamos por Castromaior y tras subir un buen desnivel seguimos a lo largo de la carretera por Hospital de la cruz, seguimos hasta Ventas de Narón y llegamos al punto más alto de la ruta en el alto de ligonde para bajar pasando antes por el especial cruceiro de Lameiros a Ligonde y 1000 metros de este airexe donde nos quedamos en albergue que atiende Mari Paz.
Comemos en el mesón Mari Luz que solo tiene bocatas y ensaladas y cenamos en el restaurante frente al Albergue. No adivinaríais, si otra vez caldo gallego.
La etapa tiene poco más que comentar. Si acaso la costumbre de la zona que nos comenta Mari Paz que es que la hija mayor regrese a casa de los padres tras acabar los estudios y con ella su marido y su hijo varón. En su caso le tocó a ella quedarse a pesar de ser la menor.

martes, 12 de octubre de 2010

Barbadelo – Portomarín, nuevas sorpresas


Portomarín, 11 de Octubre de 2010
Empezamos el camino, muy tempranito, a las 8:00 estábamos caminando sin apenas luz y con una buena niebla, de esas que parece que llueve, pero que solo te dejan el rocio encima, o quizás algo más...
Al canto del gallo estoy estrenando la concha que me regalo Odón en uno de las muchas fuentes que hay en el camino. Este, el camino, se encuentra jalonado de terrenos de cultivo y algunos buenos robledales (carvallos), vados y riachuelos por doquier. Todo está sembrado de castañas riquísimas que cubren el suelo y montones de bellotas, pero que aún están amargas. También hay muchas manzanas desarmadas contra el suelo. En fin, suficiente tentenpié para la gazuza del camino. Ah! Y muuuchas fuentes de agua... ¡hay! lo que se echan de menos en muchos de los caminos canarios...
Rente
Una de las innumerables aldeas que pueblan el camino. A su entrada nos encontramos con Dionisio, un lugareño entrado en edad que nos desea todos los parabienes, y nos da un par de puñados de nueces tiernas de sus nogales y alguna avellana. Nos pide que a la llegada a Santiago pidamos por él y por su señora Castora. No olvidaremos el encargo.
Pasamos por Morgade donde hay uno de los muchos albergues privados del camino y seguimos hasta
Ferreiros
a donde llegamos a las 10:15 y nos dicen que el albergue se abre a las 13:00 y se da paso a la gente por orden de llegada a partir de ese momento. Nos quedan casi tres horas de espera bajo la lluvia. Visitamos la iglesia románica, solo por fuera, pues está cerrada. Y aquí la nueva sorpresa, mama dice que está muy cómoda y que para esperar aquí prefiere continuar el camino hasta Portomarín.
A lo largo del camino me dedico a fotografiar todos los mojones kilométricos del camino que además tienen los nombres de los caserios por los que pasamos y a disfrutar del camino en continuo descenso.
Cruzando un puente-viaducto altísimo sobre el rio miño llegamos a
Portomarín
que nos recibe de una forma muy peculiar. A su entrada hay una escalinata empinadísima y un arco, que sirve de colofón final para el peregrino que aún presenta el suficiente ánimo.







El pueblo de Portomarín es de nueva construcción y recoge la población de las tres aldeas que se encontraban a orillas del rio y que fueron desalojadas y anegadas tras la construcción del pantano en 1960. Su iglesia fortaleza de San Nicolas fué desmontada piedra a piedra, numerada y reconstruida en su actual ubicación junto al ayuntamiento, en lo alto de la colina. Detrás de la iglesia, al final de la calle mayor nos espera el albergue de la xunta al que llegamos a las 12:45. Esa también va a ser la tónica de las restantes jornadas. Siempre llegando justo antes de que abran los albergues, lo que nos granjea la tranquilidad a la hora de acomodarnos, y el descanso de haber terminado de caminar a la una del medio día.

lunes, 11 de octubre de 2010

Toledo – Barbadelo el gran paseo


Barbadelo, 10 de Octubre de 2010
Empezamos el camino, hoy etapa neutralizada, por cuanto casi todo el trayecto es en coche. Empezamos bien, la salida que iba a ser mañana se ha adelantado un día, el cumpleaños del domingo se ha pasado al sábado por motivos familiares ya tenemos un día más, y no va a ser el único que arrebañemos.
O'Cebreiro
 Salimos de Toledo un par de horas más tarde de lo esperado, no es fácil sacar temprano de la cama a la familia un domingo, pero resulta que las carreteras están mejor de lo que conocía y hemos recuperado casi todo el tiempo. Así que Madrid -ahora entras y sales en un periquete, cuando te quieres dar cuenta ya has enfilado la nacional VI- en Valladolid parada para un café, y del tirón hasta Pedrafita Do Cebreiro cargar gasolina y a O'Cebreiro donde sellamos las credenciales en la iglesia de la Parroquia de Santa Maria A Real una construcción prerománica en medio de un precioso pueblo -y reserva etnográfica- celta. Comemos en el Mesón Moreno un menú del día Caldo gallego (un clásico en el camino) y lacón asado, de postre queso con miel. En las tiendas compramos un par de bordones que nos faltaban para el camino.

O´cebreiro tiene su leyenda; cuenta que un lugareño fué a oir misa en un día de muy mal tiempo y al llegar, el cura se mofó de él por su tesón al acudir a misa con esas condiciones, en ese momento la ostia se convirtió en carne y el vino en sangre, la reina Isabel quiso llevarse el cáliz del milagro, pero los caballos no quisieron salir del pueblo con su carga y al verlo la reina decidió no solo dejar el cáliz sino también el relicario que había preparado para ello. Ambos se encuentran expuestos en la iglesia.
Triacastela
Sellamos en la Iglesia de Santiago, el hospitalero se llama Augusto, y lleva 30 años prodigando un trato cariñoso y buena charla a los peregrinos. 

De ahí continuamos a Samos

Famoso por su monasterio damos un paseo por sus alrededores y pagamos la visita al interior reformado en 1950 tras un incendio. Las celdas tienen nombres de santos en lugar de números y los frescos son bastante actuales. Nos recibe el padre Agustín, abad del monasterio, -que sale fotografiado de espaldas en el pasquín del camino francés de la xunta de Galicia- un hombre peculiar de genio vivo y santa paciencia con las ordas que vamos a visitar el convento, la guía se queja ante uno de los comentarios del clérigo; ”no termino de acostumbrarme a su genio”





Sarria
Este iba a ser el final del camino de hoy. Ahí dejamos el coche frente a los juzgados, espero que siga en el mismo sitio cuando regresemos. No pudimos sellar, ya que en la iglesia de Santa María paran este servicio durante la misa. Así que seguimos el camino pues nos caía la noche.

Aquí otro adelanto en el calendario, cuando mi intención inicial era buscar alojamiento en Sarria, al final decidimos que mejor buscar algo después de haber puesto el pie en el camino. 


Así que recorremos los cinco kilómetros hasta Barbadelo
donde llegamos de noche y tras buscar a tientas el albergue, pues la señalización es muy justita, nos dicen que los tres albergues del pueblo están completos, y nos orientan hacia una casa privada junto a la iglesia donde “no admiten peregrinos, pero ustedes inténtenlo”. En la casa nos dicen que no, pero que preguntemos en casa Carmen, que a pesar de estar lleno, suelen buscarte un hueco. Y así fué, ya agotados y preocupados porque no íbamos a encontrar cobijo, en casa Carmen tienen dos camas que se les han quedado vacías a última hora. Cuando lo contamos al día sigueinte la hospitalera del albergue de la xunta no dejaba de felicitarnos por nuestra suerte. Para cenar nos sirvió algo parecido a lo que en Tenerife llamamos una borrachita, una roulotte bar, con un entoldado-tienda de tropa a modo de restaurante, que también nos sirvió para desayunar.

Tras el desayuno continuamos el viaje, pero esa es otra historia.