jueves, 14 de octubre de 2010

Eirexe – Melide y un pulpo con riveiro


Melide, 13 de Octubre de 2010
De nuevo nos ponemos en el camino a las 8.00, pero antes en el albergue comparto un café con galletas y un par de MP3 con Fernando y Antonio, dos sevillanos, antiguos legías, con ese desparpajo y buenagente de los chiclaneros.
El primer tramo del camino circula junto a la carretera pasamos junto a algún abrevadero-lavadero y poco más hasta el amanecer en que, al canto del gallo pasamos por la iglesia cementerio (como todas las del camino) de Portos.
Continuamos pasando por pequeñas aldeas y caseríos; valos, remollón Mamurria, Ava nostre Lamelas, alto do Rosario, O Rosario y llegamos a
Palas do Rei
donde desayunamos y sellamos la credencial en la iglesia de San Tirso. Hacemos algunas compras en un pueblo grande con mucho sitio donde dejarse el dinero y poco del encanto del camino.Y todo jalonado por un camino de dura piedra hasta la salida por un robledal que como todo el camino está repleto de castaños que, en esta época, ofrecen al caminante toneladas de castañas que descansan en sus erizos, alfombrando el camino. El lugar curiosamente se llama Carvallal.
En San Xulian
un bonito pueblo con sus horreos muy bien cuidados y su cruceiro, sellamos en una iglesia con un precioso retablo en el que la luz de un ventanuco ilumina por detras al santo en el amanecer. El responsable se llama Jesus, y al sellar te da algún consejo para el camino y unas bienaventuranzas al caminante.

Seguimos por Pallota, Casanova, Campanillas, Coto, y entramos en la provincia de A Coruña y compramos algo de fruta y un par de trozos de empanada en un cruce de caminos.
Leboreiro
sede de la ermita de Santa María de Leboreiro, que ostenta el último hito (24) antes de la catedral de Santiago. Sencilla y sin retablo conserva parte de un antiguo fresco y una imagen de la virgen con el niño. Son curiosos los horreos, que parecen gigantescas pajareras hechas con ramas de sauce (salgueiro)
Seguimos cruzando pequeños rios por algunos puentes romanos, por Disicabo, Magdalena y furelos, cruzando su puente romano de cuatro ojos hasta
Melide
donde nos aguarda el final de una larga etapa con premio. Al llegar a Melide bastante derrotados por las continuas subidas y bajadas del camino y el sol sobre nuestros cogotes (parece mentira que lo que pensaba que nos iba a castigar es la lluvia) discurrimos por las vías de entrada y calle principal de Melide, donde un pulpeiro que está en la ventana de su pulpería me da a probar un trozo de pulpo tal cual sale de la cazuela y me deja extasiado del sabor del manjar, luego me comenta que el albergue de la Xunta solo tiene 40 camas que se llenan enseguida, según él el resto permanece cerrado por culpa de una plaga de chinches. Me cuenta que han habilitado un albergue provisional para acoger al resto los peregrinos. Luego otros peregrinos con los que me crucé en el camino me cuentan que vienen del albergue y que ya está lleno, que el provisional se encuentra en el palacio de deportes. Allí nos encontramos que se han montado unos módulos de protección civil y gestionados por estos, con casi las mismas condiciones que el albergue pero mucho más amplio y apartado del centro de la ciudad, lo cual agradecemos. Y más barato, este solo cuesta 3 euros la noche.
Luego salimos de compras y a sellar la credencial en la iglesia de San pedro y para rematar el día cenamos en casa Ezequiel, un pulpo soberbio regado con un riveiro de escándalo, no en balde llevan 50 años dedicandose a servir solo pulpo y vino. Si alguna vez pasáis por Melide, no pararse a comer en este local es simplemente un grandísimo error.

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